viernes, 7 de agosto de 2015

Bogotá, la capital que piensa en verde



La conciencia ambiental de Bogotá cambió. Después de haber contaminado durante varias décadas nuestras fuentes de agua, de haber provocado una gran polución, de volver todo color cemento, de subir los niveles de ruido hasta más no poder y de otorgar a privados muchas de las riquezas naturales, pasamos de siglo y por fin empezó un cambio, que a fin de cuentas aclamaban todos.

Buses con tecnología híbrida comenzaron a recorrer las calles capitalinas. Techos adornados de vegetación empezaron a ser parte de este paisaje. Los productos que no son orgánicos se tuvieron en cuenta y fueron reciclados, para darles una vida útil más allá del motivo por los que fueron creados. Arrancó el proyecto de crear parques y cuidar las reservas que ya tenían, pero habían olvidado. Y así Bogotá durante este siglo ha estado tratando de establecer normas que contribuyan a mejorar la calidad de vida de sus habitantes, que ahora son conscientes de las ventajas de tener un mejor medio ambiente: se respira mejor, se utiliza el agua potable, que en otros países es tan escasa; se limpian las zonas verdes y se cuidan para que todos les saquen provecho.

Son al menos 44 las quebradas que han sido intervenidas por el Distrito para ser recuperadas. No cabe duda de que es tal vez una de las más arduas labores ambientales, si se tiene en cuenta que su rescate se puede tardar hasta cinco años y cada kilómetro cuesta entre $1.500 y $7.000 millones. La técnica que se utiliza es conocida como la renaturalización, que consiste en no canalizar o entubar, sino liberar las quebradas de los residuos sólidos y líquidos y recuperar su corredor ecológico, para que la ciudadanía pueda realizar actividades de recreación pasiva. Según la Secretaría de Ambiente, la meta es recuperar 57 kilómetros de quebradas capitalinas.

Fuente:elespectador.com

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